Visita de Abe a santuario militar tensa relación con China y amenaza ventas de firmas niponas
Es el primer gobernante japonés en ejercicio que rinde homenaje en Yasukuni en siete años. El gesto coincidió además con la celebración de los 120 años del natalicio del líder chino Mao Zedong.
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Por María Ignacia Alvear C.
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, visitó un santuario considerado por los críticos como un símbolo del militarismo de Tokio, lo que enfureció a China y Corea del Sur y generó preocupación en Washington por las deterioradas relaciones entre los vecinos del norte de Asia. Además, podría afectar las ventas de firmas japonesas en el mercado chino, tal como sucedió el año pasado con el conflicto de las islas en el Mar de China Oriental.
China y Corea del Sur han expresado en repetidas ocasiones su molestia ante las visitas de los políticos japoneses al santuario Yasukuni, donde los líderes nipones condenados como criminales de guerra después de la Segunda Guerra Mundial son honrados junto a los caídos en distintas guerras. Abe es el primer líder en ejercicio que rinde homenaje en Yasukuni en siete años. Tampoco jugó a favor del primer ministro nipón que su visita coincidiera con la celebración de los 120 años del natalicio del líder chino Mao Zedong.
Haciendo hincapié en que era natural que el líder de la nación presente sus respetos a los que murieron por el país, Abe afirmó: “es un malentendido pensar que esta visita significa venerar a criminales de guerra (...) con mi decisión quería mostrar mi propósito de que Japón nunca volverá a participar en ninguna guerra” y subrayó que no tiene intención de “herir los sentimientos del pueblo chino o coreano”.
Pero sus comentarios no lograron apaciguar los ánimos. El gobierno del presidente Xi Jinping señaló que la acción de Abe había empujado a Japón en una dirección “extremadamente peligrosa”.
“Japón debe cargar con toda la responsabilidad por las serias consecuencias políticas”, señaló la página web del Ministerio de Relaciones Exteriores citando al ministro Wang Yi, quien se dirigió al embajador japonés en China, y lo citó al ministerio, según Reuters.
Deterioro de
lazos comerciales
En 2012, cuando explotó la disputa por las islas Senkaku/Diaoyu en el Mar de China Oriental -que son controladas por Japón, pero reclamadas también por China- no sólo hubo tensión política, sino que los lazos comerciales también sufrieron las consecuencias, con las automotrices niponas perdiendo miles de millones de dólares en ingresos tras el rechazo de los consumidores chinos. “Ellos eligieron hoy (ayer, el día del cumpleaños de Mao) para visitar el santuario, lo que hace más difícil de aceptar para los chinos. Desalentará a algunos compradores ya que se podrían preocupar sobre la seguridad de sus autos si el ambiente político empeora”, comentó a Bloomberg el vice secretario general de la Asociación de Autos de Pasajeros, Cui Dongshu.
En el peak de las protestas del año pasado por la disputa de las islas, los manifestantes se reunieron a las afueras del consulado japonés gritando consignas como “abajo los demonios japoneses, a boicotear los bienes japoneses, devuelvan las (islas) Diaoyu”.
Además, miles de autos nipones fueron destrozados y los negocios fueron atacados por turbas. Fast Retailing, matriz de la tienda de ropa Uniqlo, cerró locales en Beijing durante las protestas en la ciudad.
Algunas firmas, como Nissan, dijeron estar monitoreando de cerca el impacto que podría tener la visita al santuario.
Decepción
Por su parte, Washington dijo estar decepcionado de que su aliado asiático haya actuado para exacerbar las tensiones en la región, informó la embajada estadounidense en Japón a través de un comunicado. “EEUU espera que Japón y sus vecinos encuentren maneras constructivas para lidiar con temas sensibles del pasado”, acotó el texto.
Durante un viaje a la región a comienzos de este mes, el vice presidente de Estados Unidos, Joe Biden, instó a Japón y a China a establecer mecanismos de manejo de crisis.
Xi Jinping, presidente de China.
Economía china crecería 7,6% este año
China lograría superar ligeramente la meta de 7,5% de crecimiento económico de este año, según un informe del gabinete.
La segunda economía del mundo se expandiría 7,6% durante el actual ejercicio, citó la agencia estatal de noticias Xinhua. Si bien se ubicaría por encima del objetivo, dicha aceleración sería el menor ritmo desde la crisis asiática.
Xu Shaoshi, jefe del máximo organismo de planificación económica de la nación, aseguró a los legisladores en una sesión informativa sobre el reporte que continúan las incertidumbres sobre la recuperación económica global y que el mercado internacional no ha logrado producir una fuerte demanda.
Respecto de los factores domésticos, el líder de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma manifestó que el aumento de los costos laborales y ambientales plantea desafíos para las firmas nacionales.
"No podemos negar una presión a la baja sobre el crecimiento económico", afirmó Xu según Xinhua.
El informe del gabinete agregó que la segunda economía del mundo mejorará aún más la coordinación y flexibilidad de las tasas de interés al utilizar varias políticas, que incluyen las fiscales, monetarias, industriales, ambientales y para el uso de tierras.
Además, las autoridades abordarán cuidadosamente la deuda de los gobiernos locales.
Shinzo Abe, primer ministro de Japón.
Japón acelerará reformas estructurales
El gobierno japonés tiene previsto presentar en junio una nueva estrategia de crecimiento económico, conocido como Abenomics, la que se centrará en "acelerar reformas estructurales" en sectores clave como sanidad, agricultura y el mercado laboral.
El primer ministro del país, Shinzo Abe, dijo que "pretendo que avancemos en el terreno de las reformas a través de mi tercera 'flecha´", la que tiene relación con la desregularización de varios sectores para impulsar la competitividad, consignó Expansión.
Abe destacó que "la competitividad es importante en la economía global" tras ser consultado por la posibilidad de aliviar la carga fiscal en el sector empresarial, opción que pareció no desechar pese a la postura tradicionalmente conservadores del Ministerio de Finanzas japonés. Entre los cambios propuestos por el gobierno nipón para el próximo año se encuentra la reducción del impuesto de sociedades para las corporaciones basadas en Tokio, el que pasaría de 38,01% a 35,64%.
Sin embargo, los detractores de esta medida apuntan a que el impuesto de sociedades, que es el más alto de la OCDE, debería reducirse aún más para atraer así mayor inversión al país. Asimismo, el premier insistió en trabajar en la incorporación de la mujer a la fuerza laboral japonesa, situación que se encuentra entre las más desiguales de los países del mundo desarrollado.